miércoles, 23 de marzo de 2011

Sede de Coca Cola.España.Madrid.

Los empleados de la compañía Coca-Cola España, debieran trabajar en una sede sencilla y exacta.
El ornamento, el detalle arquitectónico formal, está fuera de lugar, como lo está inventar siluetas nuevas a la marca. Siempre hemos pensado que el material debe usarse de manera precisa, sin anécdotas que distraigan, ayudando a la comprensión global, y desprendido de lo accesorio. La compañía no puede permitirse, como tampoco la buena arquitectura, estar al albur de las modas pasajeras.
Se trata de dos edificios conectados en la plataforma de acceso con amplios espacios libres, que se abren hacia el espacio de eventos, acotado por ese corazón acristalado a la M40. El resto de las fachadas no presumen de vidrio donde detrás tiene que existir un paramento opaco y resistente al fuego; solo en ése interior de cristalografía la doble piel ventilada permite trasparencias y vistas cruzadas.
“Trabajarán en una sede abierta al mundo, en un edificio-joya, que ofrece lo mejor en su corazón.” Decíamos en el concurso. Coca-Cola nos sobrevivirá; al equipo de arquitectos, a los directivos de la compañía.
Esta oficina de arquitectura empezó a trabajar imaginando empleados contentos con el marco en que les toca pasar la jornada. Los grandes espacios libres, la plataforma inclinada vegetales, las zonas ajardinadas, los eventos, el deporte, no son mérito propio; ya estaban en las bases.


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